top of page

Ella Vuela - Blog

El alma es como el relleno de un bombon

El alma es como el relleno de un bombón. Cuando eliges un bombón, generalmente miras el reverso de la caja para saber de qué esta relleno. Si no viene nada, preguntas a los demás: oye, qué lleva por dentro? Como mucho, si no hay nadie que te pueda asegurar que no es mazapán (odio el relleno de mazapán), muerdes un trozo muy pequeñito con cara de susto y miras a ver qué sorpresa te espera tras la perfecta capa de chocolate.


Pues eso: el relleno, el interior, el alma… eso es lo que queremos de verdad, lo que nos va a enamorar. Sin embargo, es curioso lo poco que nos preocupamos de esto.


Si tenemos un amigo o alguien cercano que tenga cualquier problema físico, en seguida le preguntamos por ello. No dudamos, es algo obvio para nosotros. Porque está ahí, lo vemos. Si de repente nos llaman y nos dicen: oye, tu mejor amigo acaba de tener un accidente… Salimos corriendo sin dudar, incluso sin preguntar por la gravedad del mismo. Lo impactante, es que si ese alguien cercano llama y dice: estoy triste… la mayoría de la gente no sale corriendo! Ni si quiera le da suficiente importancia en muchos casos.


La primera vez que puse este ejemplo, alguien me dijo: pero qué bruta eres, es que no es lo mismo! Y yo me pregunto: ah, no? Stephen Hawking tiene una mente maravillosa, encerrada en un cuerpo que a causa de una enfermedad da la impresión de no encerrar tal inteligencia. Está casado, tiene hijos. Probablemente una gran parte de la población mundial estaría encantada de compartir una conversación con él y probablemente también, muchos sientan admiración por él y puedan enamorarse de su mente… de su relleno.


Una persona que sufre alzheimer, por ejemplo, o una depresión muy fuerte, es alguien cuyo cuerpo puede ser perfectamente bello y maravilloso. Es el mismo cuerpo de esa persona cuando estaba sana pero que ahora ya no encierra a esa persona. La tristeza puede cambiar tanto a alguien que haga que ese alma ya no habite ese cuerpo… y entonces, la persona que amabas, que admirabas, aquella con la que reías y con la que veías tu vida, ya no está. Su cuerpo sigue ahí, pero esa persona se ha ido… No es grave?


Cuando pensamos en un bombón, es sencillo. A poca gente le importa la cobertura, todos queremos saber qué hay dentro para decidir si nos lo comemos o no.

Cuando pensamos en una persona, parece ser que nos cuesta más. Que no entendemos que preocuparse por su alma es tan importante como preocuparse por su cuerpo. Que si el cuerpo no está, es cierto que desgraciadamente el alma no seguirá, pero que olvidamos que el cuerpo puede quedarse y el alma volar.



Posts Recientes
bottom of page